Antiguo Cuartel de la Guardia Civil de Motril.

LOCALIZACIÓN.

Plaza de la Aurora, Motril.

36.745649°/ -3.513521°

FECHAS / PERÍODO

Posguerra. Guerrilla

DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL LUGAR DE MEMORIA

Situado casi en la periferia del Motril de los años 50 del anterior siglo, aunque no muy lejos del centro, era un caserón bastante grande, en un extremo de la plaza de la Aurora extendiéndose lateralmente, con dos plantas donde destacaban sus grandes ventanales y balcones del piso superior.

LOCALIZACIÓN.
  1. Plano de Motril y fotografía aérea actual.
CONTEXTO HISTÓRICO.

Al finalizar la Guerra de España, se inició una feroz represión contra todas las personas que representaba algún tipo de resistencia al Régimen, ya sean luchadores en el bando republicano durante la contienda, la resistencia y el maquis o la lucha antifranquista en la clandestinidad. En esta estrategia fue una pieza clave la actuación de la Guardia Civil, cuyos cuarteles se convirtieron en centros de represión y tortura.

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS QUE JUSTIFICAN SU INCLUSIÓN.

El cuartel de la Guardia Civil de Motril se convirtió durante la posguerra en un centro de represión y tortura de luchadores antifranquistas, como lo atestiguan algunos testimonios:

Soledad Amate, embarazada entonces de su cuarta hija, sabía bien cómo era aquel edificio, tenía conocidos en el mismo pues había vivido en él varios años, ya que era hija del guardia Antonio Amate. La desaparición de Andrés, su marido, le había hecho pensar que se debía a que los guerrilleros lo habían secuestrado. No en balde, ese año de 1947 era de auge en la actividad del maquis de la zona.

Durante tres días había esperado la llegada de una petición de rescate que, al no producirse, la llevó a acudir a la Guardia Civil.

Declaró que desde el 12 de noviembre de 1947 faltaba de su domicilio, pero no le dieron información alguna.

Cuando salió del edificio, una vecina le dijo que Andrés había estado allí. Otro hombre le señaló que lo vio acompañado por dos miembros de la “brigadilla” y, otro, que la noche de su desaparición vio salir del edificio tres mulos, que iban cargados y tapados con unas mantas, de las que solo sobresalían unos pies colgando.

Soledad nunca obtuvo confirmación de la suerte que corrió su marido. En 1950, se llegó a trasladar a Canarias, tierra natal de Andrés, esperando encontrarlo, pero sin éxito. Después de muchos avatares y dificultades para sacar a sus hijas adelante, trabajando sin descanso en Canarias, Motril o Mallorca .Su  vida  sería muy dura, y a las dificultades materiales se le uniría la angustia de no saber lo que había pasado con su marido. Quienes lo sabían, conocedores de su desesperación, se negaron a decírselo. El régimen de Franco estaba dispuesto a crear, de forma permanente, esa ansiedad en los familiares de sus víctimas. 

Intentó que en Motril documentasen lo ocurrido con “su Andrés”, pero los testigos enmudecían por miedo. Hasta 1985 no consiguió el certificado de viudedad. Murió con 76 años.

Andrés Melián Suárez había sido un dirigente sindical en su pueblo canario de Bañaderos.  El triunfo del golpe de Estado en las islas le condujo a servir obligado en las filas rebeldes. Pero, cuando pudo, ya en la península, desertó. Pasó al servicio de la República, trabajaba en el área de propaganda, y con un camión pasaba películas en los frentes y, durante una estancia en la localidad almeriense de Berja, conoció a Soledad, se casaron el 9 de enero de 1938.

Andrés era buscado por los vencedores, tras el fin de la guerra. Cuando había peligro, se escondía en un habitáculo que prepararon dentro de un armario.

Tras la guerra, pasaron a residir en Motril y el guardia Amate, que residía en el cuartel, se convertiría en protector de Andrés. Consiguió simular que había cumplido condena en el campo de concentración de Benalúa de Guadix, una antigua fábrica de pasta de esparto para papel, ahora convertida en centro de tortura y ejecución. Andrés nunca pisó ese campo.

En cambio, reclamado por desertor, fue trasladado al  castillo del risco de San Francisco, en Las Palmas de Gran Canaria, ahora  empleado como centro de represión. Condenado a muerte, la gestión de su madre logró que el obispo Pildain intercediera en su favor y consiguiese la conmutación. Aunque lo condenaron a 20 años, en 1943 volvía a encontrarse con su familia en Motril.

Residían en el molino de San Francisco, comprado por Antonio Amate, a las afueras de la ciudad, y llevaban una vida tranquila. Pero el guardia Antonio Amate fallecía en marzo de 1946, y Andrés perdía a su protector.

Alentados por los éxitos aliados en la Segunda Guerra Mundial, un grupo de motrileños había reorganizado el Partido Comunista en 1945. Andrés se había unido a ellos. Las reglas de la clandestinidad impedían que Soledad tuviera conocimiento alguno de las actividades de su esposo. Solo con el tiempo ataría cabos, recordando que un maestro llamado Manuel Rubiño González, que iba al molino a dar clases a su hija mayor, se quedaba a hablar con Andrés, quien, al finalizar la molienda del día, solía ir en bicicleta a la ciudad para reunirse con sus amigos, según decía, pero también para participar en la organización secreta.

El 1 de agosto de 1947, la Guardia Civil asesinaba a Manuel Rubiño. También a Juana Correa, su esposa, que estaba embarazada, y a otras nueve personas, tras ser detenidas y sometidas a espantosas torturas. Se los habían llevado del cuartel al Castillo de Carchuna, Seguramente los trasladaron allí para que el vecindario no oyera los gritos de dolor de los detenidos.

El 12 de noviembre de ese mismo año, Soledad veía por última vez a Andrés. El día 20 fue víctima de un fusilamiento extrajudicial en las proximidades de La Herradura. Con él, ejecutaron a su amigo José Antonio Sáez Castilla, a Antonio Ruiz López “el Santo”, a Manuel Rodríguez Martín “Pinchín”, y a Miguel Arellano Pérez “Barrancones”. Fueron enterrados en el cementerio de ese mismo pueblo.

Como este testimonio, son bastantes más los que pasaron por el cuartel de la Guardia Civil para ser torturados y después llevados a otros lugares para su fusilamiento extrajudicial

Bibliografía y fuentes documentales:

AZUAGA RICO, JOSÉ MARÍA(2013). Tiempo de lucha. Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla (1939-1952), Alhulia, 2013.

LÓPEZ LIGERO, JACQUELINE Y (2019). El Fuerte del Horror. Torturas y ejecuciones extrajudiciales en Carchuna y Castell de Ferro en julio de 1947. BLOG – Foro de la Memoria, Diario el Independiente. 30 de noviembre de 2019.