Antigua Comisaría de Policía de Motril.

LOCALIZACIÓN.

Calle Emilio Moré de Motril.

36.745187°/ -3.519116°

FECHAS / PERÍODO

Posguerra-clandestinidad.

DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL LUGAR DE MEMORIA

Conocida por los habitantes de Motril como la Comisaria de la Plaza de las Palmeras, aunque en realidad no estaba en dicha plaza sino a escasos metros, en la calle Emilio Moré, edificio hoy dedicado a viviendas y bajos comerciales

LOCALIZACIÓN.
  1. Plano de Motril.

2. Fotografía edificio actual.

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS QUE JUSTIFICAN SU INCLUSIÓN.

Como tantas otras Comisaria de policía de las Capitales de provincia y pueblos grandes, la de Motril es lugar de tortura y represión en la España Franquista, ello lo demuestran los testimonios de represaliados por ser integrantes de las primeras células clandestinas, como es el caso de la desarticulación en toda Granada del partido comunista y también en Motril en abril de 1961. Testimonios:

Este es el caso de Emilio Cervilla Alonso (comité local de Motril) que, aunque había sido advertido por un camarada de Motril de la redada el día 24 -porque lo había escuchado la noche anterior en la Pirenaica-, a él lo van a detener en su casa la noche del día 27 de abril.  Sin autorización judicial y sin miramientos por el bebé que dormía, los cuatro agentes de la BPS proceden a un registro brutal:

“Invadieron los dormitorios –recuerda Cervilla-, vaciaron los colchones, desarmaron cuadros e, incluso, querían romper las camas para encontrar algo que yo no sabía. En la planta alta de la vivienda tardaron como una hora y media en el registro. […] No quedó un solo cuadro del comedor y de la cocina que no fuera desarmado. […] Pasan a registrar la cocina donde yo guardaba los materiales del Partido, cuando desarmaron el cuadro y no encontraron nada quedé sorprendido, pues la joven Encarnita [su hija pequeña] ya los guardaba en su pecho”. (2)

Terminado el registro se lo llevan esposado hasta la comisaría motrileña de la Plaza de las Palmeras donde se inician las torturas propinándole vergajazos con una fusta de goma y con una cuerda de cáñamo que tenía varios nudos; cada hora paraban para buscar una nueva fórmula como colgarlo de una alcayata que había en el marco de la puerta hasta que las esposas se le clavaban en la carne de las manos o le propinaban patadas en el cuerpo. Y todo ello en medio de insultos e improperios. Y, finalmente, llegó uno de los torturadores más conocidos por los antifranquistas granadinos:

 “El juego de las patadas –escribe Emilio Cervilla- duró hasta que el agotamiento físico me hizo caer al suelo rendido. Cuando me encontraba en el suelo boca-arriba, los brazos forzadamente atados a la espalda, entra muy furioso Don Paco [González] Huertas [“El Jirafa”]: ¿Todavía no ha cantado este hijo de puta? Dio un salto encima de mi vientre y estuvo pisoteándome hasta que se cansó; después, soltó la toalla [con la que lo habían atado] de los brazos y a fuerza de patadas me obligaba a levantarme del suelo. Al comprobar que me era imposible conseguirlo, me cogió del cuello y golpeándome la cabeza contra el suelo exclamaba: ¡Estoy de comunistas hasta los cojones! Uno de aquellos golpes en la cabeza me hizo perder el conocimiento…”. (2)

Despertó Emilio Cervilla al día siguiente en la comisaría de Los Lobos en Granada….

 …. La BPS de Granada se había desplazado hasta Motril esa misma noche o la del 23 de abril para detener allí a José Aranda López (Comité local de Maracena) que, ocasionalmente, estaba trabajando junto a otros tres compañeros de Maracena en una obra del Ayuntamiento de aquella localidad: – Fueron a las 12 de la noche al Ayuntamiento de Motril, donde trabajaba con otros tres yesistas de Maracena.

“Yo estaba durmiendo en una litera y llegaron con una linterna porque allí no había luz. Y a voces empezaron a preguntar con “El Félix” y es que a mí me conocían como “Pepe, el Félix”, porque en mi familia hay muchos “Félix”. Fíjate que no sabía ni que existía la Brigada Social, ni sabíamos sus métodos hasta que no me cogieron. Esa gente se las trae. No sabía ni cómo actuaban. El caso es que me llevaron a la Comisaría de Motril y subiendo por unas escaleras empezó a abofetearme el Rosón diciéndome que por qué me metía en esas cosas. Los otros tres [compañeros] no eran del PCE, aunque algo simpatizantes. A mí me meten en un coche solo y a los otros tres en otro. Iban tres policías: el Rosón, el [Francisco González] Huertas y otro… Y le dije a Rosón que si tenía hijos de mi edad, qué pensarían si los tratasen como me estaban tratando a mí. Y él me decía que no le hablara de esa forma. Y es que no podía aguantarme aunque me dieran tres bofetás más…”..

 Desde allí lo trasladan a la comisaría del Campillo, en Granada, donde lo siguen interrogando y torturando. Lógicamente, nada comunican a su familia y, por supuesto, no tienen ninguna asistencia letrada.   (1)

(1) La lucha del movimiento obrero en Granada POR LAS LIBERTADES Y LA DEMOCRACIA. Alfonso Martínez Foronda

(2) El testimonio de Emilio Cervilla Alonso extraído de su autobiografía, inédita: CERVILLA ALONSO, E.: ¿Por qué soy comunista?, copia en AHCCOO-A, desde las páginas 265 a 316, donde narra su detención, torturas en Motril y Granada capital y, posteriormente, su paso por la prisión de Cáceres